lunes, 2 de septiembre de 2013

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  y entonces saltó un gargajo y dando vueltas en el aire se fue llenando de plumas y antes de tocar el suelo se convirtió en proyectil y antes de que el proyectil tocara el suelo la gente aplaudía y aplaudía y subían a los muebles y aplaudían y subían a los techos y aplaudían gritando que la bendición que lo super que la magia entonces uno...el más pequeño y casi-desarmado levantó un brazo y dijo  eso no es un ruiseñor  Y el aplauso se hizo un plumerío en el mismo instante en que el pajarraco corría hecho un espanto sobre los más débiles y los pequeños salían rompiendo sus cáscaras tan rápido. tan rápido los pequeños aprendían a volar el bicho le picaba los ojos. Y todo esto pasó porque a algunos se les ocurrió pedir al reproductor que contara uno de antes    -de esos- cuando las historias estaban en las hojas y las hojas eran ecos del árbol y el árbol abrigo de los que traen alas y tocan el cielo      Pero al repetidor se le vino en ganas escupir la ira entonces fue como aquella vez que contó el tiburón y el lobo y cayeron las bestias y redujeron a mitad el amor. al amor cuando todavía estaba en sus huevos porque ocurre que el aparato no se entiende con la lengua ni con la fragilidad de los deseos.

2 comentarios:

  1. Un texto impecable, de lo mejor que he leído en tiempo. Alucinado, esencial y trepidante. Feliz de haberte encontrado, re-encontrado al felicitarte... ;P

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  2. gracias bruno por tus palabras. estaré leyendo tu blog tambien =)

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